martes, 29 de mayo de 2012

UNA FOTO DEL MAR


UNA FOTO DEL MAR
Mario A. Alonso
FRENTE AL MAR - SOLEDAD FERNANDEZ

El viento viene del mar, trae ese inconfundible aroma de algas y maderos podridos de antiguos naufragios.
Del otro lado de la inmensidad una tormenta oscura baja hasta tocar las olas. El claroscuro del cielo, confronta con los negros y azules del mar, se fusiona en una ligazón celestial. Solo Dios puede matizar y componer los colores de esa manera.
... De no ser por la línea de espuma blanca que roza las nubes, podría creer que todo es líquido.
De ese océano me separa un mar de arena que confunde su textura y el color con el agua. Es porque la tormenta y el cielo le otorgan tonos azules a todo alrededor.
Hay grises también en las alturas y también se refleja en la arena y el agua.
Dos gaviotas vuelan rozando la superficie con la punta de sus alas, vuelan juntas y el blanco de sus plumas se recorta y contrasta maravilloso contra la borrasca.
Precipitadamente los nubarrones me alcanzan. La lluvia te moja y empapa a las gaviotas.

domingo, 20 de mayo de 2012

SEBASTIAN PINTÓ LA GUERRA


SEBASTIAN PINTÓ LA GUERRA
Mario A. Alonso

María, la vieja criada, entró taconeando sobre los búlgaros y mosaicos del enorme salón para servir el té a los enamorados. Las paredes recargadas de ornamentos la perturbaban un poco.
-Demasiado salón para tan pocos comensales- meditó la negra.
Desoyendo todo el protocolo, Estela y Sebastián permanecían juntos en un extremo de la enorme mesa de estilo barroco.
-      Estela, mi bien, usted no puede regalarme su corazón, que de buen grado recibiría pues nunca conocí otro mas puro, pero sin él, amada mía, ya no podríais vivir; y créame que es usted el único motivo que me impulsa a regresar de cada batalla.  Yo la necesito como a mi vida misma - dijo sonriendo y con tono dulce Sebastián.
Estela bordaba en un pañuelo de blanca seda las iniciales "SG", pensaba regalárselo a su amor para que lo acompañe a la campaña. Estaba perdidamente enamorada de él, y ciertamente la muerte poco le importaba si de ésta dependía entregarle todo el amor que sentía por aquel argentino flaco de ojos verde musgo.
La pasión brotaba desde las íntimas profundidades del cuerpo de Estela. Justo entre el pecho y el estómago sentía que se alojaba aquel fortísimo sentimiento generado por la presencia del pintor Sebastián Girondo. Nomás verlo el vértigo la invadía produciendo intestinos estremecimientos que ella pretendía disimular. Estela se agitaba inconscientemente y se ponía de colores, el brillo de sus ojos negros aumentaba y los labios se encendían como brasas ardientes.
Durante muchas tardes ella le dijo cosas como
-      Sin vos voy a morir -
Frases a las cuales Sebastián eludía con sutiles galanterías.
-      No exageres mujer, pronto estaré de regreso, recuerda que mis proyectiles se disparan sobre un lienzo -
Los aprestos para la marcha se extendieron durante toda la jornada hasta bien entrada la tarde.
Cuidadosamente, Sebastián acomodo sus telas, óleos y pinceles en el enorme baúl compartimentado. En el mismo existía un lugar para su ropa y demás neceseres.
María planchó y almidonó el inmaculado uniforme de batalla; porque a pesar de no portar un fusil, Sebastián también era un soldado y adoraba verse enfundado en aquel traje.
En el lado opuesto al salón, detrás de la casa grande, funcionaba el sitio de las caballerizas; desde allí le llegaban los sonidos de las huestes alistándose para la acometida.
Aquel pintor enfrentó el espejo como todas las noches antes de dormir y comenzó a preparar con esmero la crema de afeites en la vieja jabonera de peltre que heredara de su tío, el Brigadier Pedro Sandoval, quién también era su padrino. Pasó reiteradamente la antigua navaja J. A. Henckels Solingen Zwillingswer en el viejo asentador, que pertenecieran a su padre.
Cada vez que iniciaba el ritual de rasurarse imaginaba la piel de su ancestro tocando suavemente la suya, había amado mucho a su padre.
Miró fijamente la imagen que le devolvía el cristal y se descubrió mas viejo. Algunas arrugas paralelas partían del vértice mismo de sus ojos con destino incierto; también en su nariz había aparecido un surco largo que la atravesaba de derecha a izquierda, a pesar de todo ello el extraño verde de sus pupilas lo hacían ver apuesto.
Comenzada la tarea, sus propias muecas le causaron gracia y rió con ganas.
Tomó la toalla que había permanecido en el agua bien caliente quemándose la yema de los dedos y la colocó lentamente sobre su rostro, tal como aprendiera de su padre el General. Así pasó unos cuantos minutos esperando que los pelos duros que llenaban su rostro se volvieran más suaves para continuar la afeitada.
En ese trámite trató de imaginar la mejor posición en el frente de batalla. Recordó cuando adolescente recorriera junto a su padrino el lugar del encuentro, y se figuró el Cerrito Colorado con el río Salado y los montes de fondo, ese sería el marco ideal, pero debía llegar temprano para acomodar las herramientas y los materiales.
No iba a necesitar de andamios o escaleras, desde allí dominaría el campo de batalla en más de ciento ochenta grados.
Sebastián Girondo se había enrolado con el grado de teniente 2do en el batallón de voluntarios de Cazadores del Monte, y su tarea no era apuntar fusiles cañones o pistolas, sino retratar las batallas en unas enormes telas que él mismo llevaba al frente. Habíase convertido en el mejor, dibujando hasta el más mínimo detalle de aquellos cruentos enfrentamientos.
Cuando Sebastián comenzó a afeitarse notó que las arrugas de su rostro le dificultaban mas la tarea y otro acceso de risa lo atrapó mofándose de si mismo.
En el dormitorio Estela Larroque no conseguía conciliar el sueño. Cada vez que lograba un pequeño letargo, la imagen recurrente de una explosión y los pomos de acuarelas volando por el aire en pedazos, manchando el lienzo y el rostro de su amado que caía a un abismo inacabable la despertaba.
-      Si algo malo le ocurre no podré vivir sin él - Pensaba
Aquellas eran campañas largas que obligaban a los regimientos a mantenerse por meses alejados de sus familias. En los campamentos, los días se hacían eternos, y especialmente esta cruzada al Salado se adivinaba larga, cuando menos tres meses.
La marcha comenzó de amanecida atravesando los campos de Don Jaime Salvatierra. Los verdes pastizales daban a la panza de los criollos y sobraban las aguadas por todo el teritorio. El suave viento de octubre ayudaba a paliar el calor que anunciaba un verano feroz.
Dos días después, la tropa estaba desplegada detrás de las bajas serranías que impedían al enemigo observar el modo de formación.
Sebastián aguardaba nervioso la señal que le indicaba que podría avanzar hasta ocupar la altura previamente seleccionada para dar eternidad al combate.
 Cinco mil hombres y treinta cañones debidamente dispuestos comenzaron los primeros movimientos. Sebastián comenzó a trepar la cuesta con la dificultad que significada la carga de cajas de óleos, pinceles, telas y atriles. En poco menos de cuarenta minutos ganó las alturas, cuando ya las primeras balas amigas zumbaban sobre su cabeza e iban a diezmar al ejército enemigo.
Rápidamente comenzó el armado del primer atril, ubicó el taburete y delineó los primeros trazos.
El extenso bosque de sauces que bordeaba el río aparecía apenas detrás de la espesa nube que pólvora negra, exceso de los cañones que dejaban flotar en el aire con cada descarga; así se plasmaba en la tela, junto al batallón de cazadores que avanzaba detrás de la caballería.
En plena abstracción, aquel soldado artista dejaba volar los delicados pelos de marta sobre la tela, eternizando la encarnizada pelea.
Así, el sonido de la guerra se había ido y en su cabeza solo se procesaban imágenes. Las bandadas de pájaros aturdidos y los avestruces desorientados que cruzaban la cancha donde se desarrollaba el combate se mezclaban con el pajonal espeso, el fuego de la metralla y los hombres trenzados en cuerpo a cuerpo.
Ensimismado como estaba no había notado que los bombazos se acercaban peligrosamente a su posición de altura.
La esfera metálica brotó de la negra boca del cañón que inmediatamente escupió fuego, humo y truenos y fue a dar a unos veinte metros de la posición del pintor. Algunas esquirlas alcanzaron el sostén del lienzo partiendo la madera en mil pedazos. Los pomos y latas de óleo volaron por el aire mezclándose su contenido con el humo del intenso cañoneo en una alucinante y efímera obra. El resto de la metralla pasó apenas sobre la cabeza de Sebastián, y algunos fragmentos pequeños le hirieron el rostro.
Tormentosamente, aquel hombre logró arrastrarse hasta la tela, único fin por el que ponía en riesgo su vida.
Girondo logró alcanzar la pintura una fracción de segundo después de la nueva explosión y fue a arrastrarla hasta una zanja cercana.
En aquel sitio pasó el resto de la ofensiva.
Finalmente su ejército alcanzó la victoria.
El sol declinaba por detrás del verde follaje de los sauces y parecía hundirse en el suave curso de agua. La vorágine de los enfermeros, médicos y voluntarios combinados con la gritería de los heridos y las voces de orden hacían del campamento un delirio; Sebastián Girondo, aún con el rostro ensangrentado permanecía en su tenderete.
Como pudo extendió su obra sobre el mesón y auxiliado por la luz de unas velas fue a observarla con detenimiento.
Uno a uno repasó los personajes que un rato antes esbozara su pincel.
Le llamó la atención una mancha carmín con forma de corazón que producto de la explosión se había plasmado sobre la negritud del humo.
Correctamente en medio del cuadro había dibujado a lo lejos el fuego y la bala brotando de la boca de un cañón, y en primer plano, en medio de los pinceles y un remolino de colores, pomos y potes de pintura el cuerpo sin vida de un paisajista de la guerra.
Tres noches después un chasqui llegaba a la casa grande con la noticia de la caída de Sebastián cumpliendo con su deber en medio de las operaciones y recibía la novedad de la inesperada muerte de Estela tres tardes atrás.
La negra María, espectadora y oyente involuntaria de los encendidos diálogos de ambos amantes comprendió de inmediato la insólita y prematura partida de la joven señora.
Con el último estertor de una vela y un momento antes del inmortal abrazo, Sebastián observó sonriente a su Estela atravesar la entrada de la tienda.

viernes, 18 de mayo de 2012

ARTÍFICE DE SU DESTINO


ARTÍFICE DE SU DESTINO

Mario A. Alonso

Y... capaz que vuelo - pensó Serafína parada en el borde de la baranda del puente alto.
Miró al cielo y el viento la hizo tambalearse un poquito.
Abrió los brazos, cerró los ojos y saltó al vacío.
El viaje duró unos segundos; desde ese día es el ánima del Iguazú.
La última vez nadaba junto a un dorado viejo y enorme.
Yo puedo ver sus alas.

miércoles, 16 de mayo de 2012

MADRE


MADRE
Mario A. Alonso


Tantas cosas nos dijimos,que parecen no quedar más frases que hilvanar.
Que de todas las mujeres de este pedazo de mundo la mas hermosa huyó buscando otros, empañada por tu hermosura.
De tus ojos, bien sabes que son el cielo donde cobijarme los días de esas tormentas que asustan.
Tu abrazo muralla inexpugnable, refugio y trinchera desde donde combatir contigo como aliada.
¿Quién nunca, jamás, podría intentar perforar esa armadura que me hace invencible?
Únicas tus manos sanadoras de tanta nana llevan alivio al hambre desde la primera mañana.
Y tus finas hebras de cabello mi primer juguete.
Aliada fiel, hasta lo inevitable. Capaz de acompañarme en un salto al vacío.
Juntos, vos y yo supimos el modo en que se le peleaba a la muerte y ganamos la vida, y sobrevivimos.
No tengo mucho más que no haya dicho.
Te amo... ¿cuantas veces?
¿Cuantos abrazos? 
¿y caricias?
¿y besos?
Yo creo que ya lo sabés bien, siempre fuiste el amor de mi vida, y si no te molesta voy a insistir.
Ahora, haceme un lugarcito en tu regazo, justo ahí al lado de tu vientre, quiero soñar un ratito más.

martes, 15 de mayo de 2012

FLORES Y SEDAS


FLORES Y SEDAS
Mario A. Alonso
Viajaste sutil entre nubes bajas
envuelta en sedas llegas bella flor
todos saben que yo se y vos sabes.
Cruzando la línea corriste a buscarme
ahora aposentada en el mejor sitio de mi cuarto
despliegas tus anchas alas de colores,
coqueteando con la locura,
la tuya y la mía,
me elevas y cambio a un cuadro superior.
Vos y yo somos la novedad
aunque te oculto en el rincón que ya conocemos.
los amigos llegan igual a compartir tus virtudes.
Estas tan linda esta noche que me viene el berretín
de no dejarte nunca mas
...y no te dejo
sigo envolviéndote en sedas finas
ya me comprendes.
Ahora descansemos los dos
Dale... ponete así
ah! que bien.
Hasta mañana

sábado, 5 de mayo de 2012

DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO - TIEMPOS DE HIPOCRESÍA E HIPOCRITAS

 DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO - TIEMPOS DE HIPOCRESÍA E HIPOCRITAS
El gobierno Nacional le otorga a León Gieco una distinción llamada "Senador Domingo Faustino Sarmiento", y el careta de Gieco la recibe sin manifestar nada respecto del "prócer mata indios".
Mario Angel Alonso

D.F.SARMIENTO pensaba por ejemplo:

    * El gaucho argentino: "Se nos habla de gauchos... La lucha ha dado cuenta de ellos, de toda esa chusma de haraganes. No trate de economizar sangre de gauchos. Este es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre de esta chusma criolla incivil, bárbara y ruda, es lo único que tienen de seres humanos". Carta de Sarmiento a Mitre del 20/09/1861.

    * La masa popular: "Tengo odio a la barbarie popular... La chusma y el pueblo gaucho nos es hostil... Mientras haya un chiripá no habrá ciudadanos, ¿son acaso las masas la única fuente de poder y legitimidad?. El poncho, el chiripá y el rancho son de origen salvaje y forman una división entre la ciudad culta y el pueblo, haciendo que los cristianos se degraden... Usted tendrá la gloria de establecer en toda la República el poder de la clase culta aniquilando el levantamiento de las masas". Carta de Sarmiento a Mitre del 24/09/1861.

    * Huérfanos: "Si los pobres de los hospitales, de los asilos de mendigos y de las casas de huérfanos se han de morir, que se mueran: porque el Estado no tiene caridad, no tiene alma. El mendigo es un insecto, como la hormiga. Recoge los desperdicios. De manera que es útil sin necesidad de que se le dé dinero. ¿Qué importa que el Estado deje morir al que no puede vivir por sus defectos?. ¿Los huérfanos son los últimos seres de la sociedad, hijos de padres viciosos, no se les debe dar más que de comer". Del discurso en el Senado de la Provincia de Buenos Aires, 13/09/1859.

    * Masacre patriótica: "Necesitamos entrar por la fuerza en la nación; la guerra si es necesario" (1861). "Los sublevados serán todos ahorcados, oficiales y soldados, en cualquier número que sean" (1866). "Es necesario emplear el terror para triunfar. Debe darse muerte a todos los prisioneros y a todos los enemigos. Todos los medios de obrar son buenos y deben emplearse sin vacilación alguna, imitando a los jacobinos de la época de Robespierre" (1844). "La invasión de las Malvinas por parte de los ingleses es útil para la civilización y el progreso", El Progreso, 28/12/1842. En el tomo 4º, pág. 12 de sus obras completas se lamenta de la derrota de los ingleses cuando nos invadieron.

    * La Patagonia: "He contribuido con mis escritos aconsejando con tesón al gobierno chileno a dar aquel paso... El gobierno argentino engañado por una falsa gloria, provoca una cuestión ociosa que no merece cambiar dos notas. Para Buenos Aires tal posesión es inútil. Magallanes pertenece a Chile y, quizá, toda la Patagonia... No se me ocurre , después de mis demostraciones, cómo se atreve el gobierno de Buenos Aires a sostener ni mentar siquiera sus derechos. Ni sombra ni pretexto de controversia le queda". El Progreso, 11 al 28 de noviembre de 1842 y "La Crónica", 11/03/1849, 04/08/1849 y 29/04/1849. "Es una tierra desértica, frígida e inútil. No vale la pena gastar un barril de pólvora en su defensa. ¿Por qué obstinarse en llevar adelante una ocupación nominal?". "El Nacional", 19/07/1878.

    * El Pueblo Paraguayo: "Estamos por dudar de que exista el Paraguay. Descendientes de razas guaraníes, indios salvajes y esclavos que obran por instinto a falta de razón. En ellos se perpetúa la barbarie primitiva y colonial. Son unos perros ignorantes de los cuales ya han muerto ciento cincuenta mil. Su avance, capitaneados por descendientes degenerados de españoles, traería la detención de todo progreso y un retroceso a la barbarie... Al frenético, idiota, bruto y feroz borracho Solano López lo acompañan miles de animales que le obedecen y mueren de miedo. Es providencial que un tirano haya hecho morir a todo ese pueblo guaraní. Era preciso purgar la tierra de toda esa excrecencia humana: raza perdida de cuyo contagio hay que librarse". Carta a Mitre de 1872.

    * El Indígena: "¿Lograremos exterminar los indios?. Por los salvajes de América siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar. Esa calaña no son más que unos indios asquerosos a quienes mandaría colgar ahora si reapareciesen. Lautaro y Caupolicán son unos indios piojosos, porque así son todos. Incapaces de progreso. Su exterminio es providencial y útil, sublime y grande. Se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado". "El Progreso", 27/09/1844, "El Nacional", 19/05/1887, 25/11/1876 y 08/02/1879.

    * Patriotismo: "Los argentinos residentes en Chile pierden desde hoy su nacionalidad. Chile es nuestra patria querida. Para Chile debemos vivir. En esta nueva afección deben ahogarse todas las antiguas afecciones nacionales". "El Progreso", 11/1/1843.

    * Artigas: "Artigas es un bandido, un tártaro terrorista. Jefe de bandoleros, salteador, contrabandista, endurecido en la rapiña, incivil, extraño a todo sentimiento de patriotismo, famoso vándalo, ignorante, rudo, monstruo, sediento de pillaje, sucio y sangriento ídolo con chiripá. Ese salvaje animal que enchalecaba hombres con cuero fresco lleva por séquito inseparable el degüello y la devastación". Obras Completas, tomo 17, págs. 87 y 92; tomo 15, págs. 348 y 349 y tomo 38, pág. 280.

¿Que carajo esta pasando? ¿Acaso existe alguna epidemia de hipocresía?

Y León Gieco, siempre atento, reivindicando a los pueblos originarios, condenando siempre a los tiranos y genocidas ¿Que le ocurre hoy?

¡Es una mierda que nuestro gobierno acabe sonriendo al entregar una distinción que lleve el nombre de este personaje nefasto de nuestra historia, al que durante tanto tiempo las tiranías argentinas han pretendido colocar en un sitial de "Prócer"!

¿Seré yo el que está equivocado o infecto por algun virus que me impide ver la realidad tal cual es?

Necesito que alguien me cuente